Cuando la gripe AH2N4 mutó la gente estaba muy ocupada salvándose del virus mortal para no convertirse en zombies, y no me refiero en zombies comecarne, está enfermedad además de los típicos síntomas de gripe entorpecía el cuerpo hasta dejarlo como vegetal, bastaban unos días para que la parálisis llegara al cerebro y con ello la muerte si los perros no te encontraban antes.
Los casos de perros que atacaban personas eran aislados. Para cuando los gobiernos se dieron cuenta de que los contagiados de esta supergripe volvían locos a los caninos era demasiado tarde.
En las grandes ciudades se les veía atacar en jaurías a personas contagiadas, sin importar si eran perros callejeros o domesticados, del tamaño que fuera, la manada atacaba con ferocidad aún a su propio dueño. Brazos, piernas, ojos,… se comían todo lo que contuviera el virus, y continuaban saludables.
Así fue que los humanos se vieron reducidos a unos millones mientras que los perros proliferaban viviendo en grupos de diferente raza, en refugios antes ocupados por sobrevivientes.
