Hace años destapé una chapa de puerta, y me sacó la lengua; la pude volver a armar, pero cada que trato de escapar de casa en silencio enreda su lengua en la llave y comienza a gritar.
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Ya pues, me aloqué, les dejo la no edit; regresaré a ver como los dinosaurios se comen a los insectos voladores, al otro lado de mi ventana.