
Mire por cambio y encontré 2.50 pesos, estiré mi mando para dárselos, los tomo, los miro y dijo: “Uh gracias, si ayudo” al tiempo que se retiraba tarde unos segundos en captar el sarcasmo en la frase medité en todas las respuestas que le pude haber dicho: Mejor ponte a trabajar, dan más dinero; Vete a pedir limosna a USA, Regrésame mi dinero, indigente; entre una docena más.
Termine riendo, entendí que simplemente era una persona infeliz repartiendo infelicidad, yo no la acepto.